lunes, 3 de diciembre de 2007

MICRORRELATO

Suena el despertador a las 7:05h. Una ducha rápida. Un vaso de leche a dos tragos. La chaqueta, la maleta… Salta las escaleras de dos en dos corriendo hacia la parada del autobús, que, como siempre, llega tarde. Está furiosa. Se acerca al conductor, coge aire y piensa en gritar. Pero dice buenos días y busca un sitio donde sentarse.
La rabia contenida le da palpitaciones. Busca algo dulce en la maleta y encuentra un chupa-chup. Mientras lo mueve de un lado a otro haciéndolo chocar en sus dientes piensa: tengo que acabar el trabajo; hacer los deberes…
De pronto el autobús frena y se traga el chupa-chup. Con gran esfuerzo intenta echarlo sin éxito: se le ha quedado atravesado en la garganta. No puede respirar y escucha pitidos mientras se ahoga. Morada, mira desesperada a su alrededor, pero nadie se percata de su agonía. La gente escucha música, duerme, mira por la ventana… Finalmente las fuerzas le abandonan y cae al suelo mientras piensa: ¿dónde tengo el móvil?

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